De nuevo en otro momento post de postismo.
Esperando, con visages que anuncian cambios y otros aires nuevos. Escucho música que no creía volver a escuchar, leo libros que no pensaba leer, miro los rostros que no he perdido.
Escucho, por ejemplo, a Rigoberta Bandini o a Rodrigo Cuevas. Llevan bastantes años en la brecha, son jóvenes y se pueden permitir esos rasgos de bandolerismo y agitación. Novedad y honestidad.
Terminado Patrimonio no sé si quiero publicarlo. Las editoriales con las que he contactado publican libros premiados en certámenes y otras no admiten originales porque la cosa está muy malita. Para la poesía escrita fuera de los slam queda alguna autopublicación y los recodos en papel de los amigos. Las RRSS también son una plataforma, pero qué pereza a veces. O siempre.
Patrimonio cierra la etapa de la autodestrucción de la infancia, de la adolescencia y de la juventud. Como El mar.
Ahora otros proyectos, proyectar sombras al futuro.
Prohibido alimentar a las palomas.
Abril, noviembre.
Iré contando.
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